Análisis por díadas: ¿respondemos más a los comportamientos pro-sociales que a los competitivos?

En 2012 Vanessa Huyder y Elizabeth S. Nilsen publicaron un artículo sobre la influencia del funcionamiento ejecutivo sobre los comportamientos socialmente competentes que expresan los niños, a través de un análisis de díadas o parejas. Ellas explican que realizaron este tipo de análisis para tener en cuenta la influencia mutua que ejercen entre sí dos actores sociales. Las investigadoras encontraron que los niños con mejor control inhibitorio mostraron menos comportamientos competitivos en un contexto de cooperación, aun controlando por sus propias habilidades cognitivas o las de sus pares. Veamos más en detalle su estudio.

Introducción
Huyder y Nilsen comienzan su artículo afirmando que para poder regular su comportamiento en relación con las demandas cambiantes del ambiente, los niños requieren la habilidad para reconocer las metas e intenciones de otros, así como también las capacidades cognitivas para usar dicha información. En este sentido, las autoras señalan que la "competencia social" se conceptualiza como la habilidad para adaptarse al ambiente social propio (Ciairano, Visu-Petra, & Settanni, 2007) y agregan que desarrollar competencia social significa que los niños aprendan a movilizar y coordinar su propio comportamiento frente a las demandas del medio, a equilibrar sus propias necesidades con las necesidades de otros, al mismo tiempo que tienen en la mente y actualizan la información del medio ambiente social (Rose-Krasnor, 1997; Rubin, Bukowski, & Parker, 1998).

Objetivo
Huyder y Nilsen se propusieron investigar las relaciones entre funciones cognitivas (como el control inhibitorio y la flexibilidad cognitiva) y comportamientos sociales competentes en dos contextos sociales, mientras se controlaban la teoría de la mente y la capacidad verbal. Otro objetivo de su estudio fue investigar el grado en el cual el comportamiento de un niño se relacionaba con el comportamiento de su compañero en contextos sociales variados, a saber, aquellos de competición y cooperación y explicar la no independencia entre compañeros sociales a través del uso de análisis de datos por díadas (modelo de interdependencia actor-compañero).

Método
En el estudio de Huyder y Nilsen participaron 114 niños entre los 60,3 meses y los 104,4 meses de edad. Los niños fueron agrupados en parejas seleccionadas aleatoriamente de las listas de clase. Primero, los niños debían armar un rompecabezas de 24 piezas (dividido en dos mitades, una para cada niño) en un contexto "cooperativo" (ayudándose entre sí). Después, individualmente se les aplicaron las pruebas de control inhibitorio (la tarea de "Simón dice"), flexibilidad cognitiva (una prueba de clasificación de tarjetas), entendimiento de creencia falsa de segundo orden (teoría de la mente) y un test de desempeño verbal. Una semana después, las mismas parejas armaron otro rompecabezas pero en un contexto competitivo (ver quién de los dos lo armara más rápido). Sin embargo, aclaran las investigadoras, la manera de presentación del rompecabezas en ambos contextos dejaba abierta la opción para que el niño decidiera comportarse de manera cooperativa o de manera competitiva. Los comportamientos de los niños fueron grabados en vídeo para ser codificados después. En general, los comportamientos de los niños en las dos situaciones sociales (cooperación y competición) fueron codificados como cooperativos, competitivos y neutrales, de acuerdo con ciertos criterios establecidos a priori.

Resultados
En general, los niños de este estudio mostraron una mayor proporción de comportamientos cooperativos (que de comportamientos competitivos), pero muy similar a la de comportamientos neutros en ambas tareas (competitiva y cooperativa).

En el contexto cooperativo, la proporción de comportamientos cooperativos correlacionaron negativamente con el tiempo total para completar el rompecabezas, mientras que la proporción de comportamientos competitivos correlacionó de manera positiva. En el contexto competitivo, en cambio, no hubo correlaciones significativas entre los comportamientos de los niños y el tiempo total para completar la tarea de rompecabezas.

Por otro lado, Huyden y Nilsen reportan que los análisis de correlación revelaron relaciones significativas entre el comportamiento de los niños y el comportamiento de sus compañeros de juego, en cuanto a comportamientos neutrales y cooperativos, pero no en los competitivos.

Finalmente, los análisis de datos por díadas indicaron que los niños con mejores habilidades de control inhibitorio mostraron una menor proporción de comportamientos competitivos en el contexto cooperativo que los niños con habilidades más pobres de control inhibitorio [para este análisis ellas miraron el efecto de control inhibitorio sobre la proporción de comportamientos competitivos en el contexto cooperativo, controlando el efecto de control inhibitorio del compañero y la flexibilidad cognitiva de ambos]. 

Con respecto a los comportamientos cooperativos y neutrales, cuando se controlaron otras habilidades cognitivas de ambos niños (teoría de la mente y lenguaje), ni el control inhibitorio ni la flexibilidad cognitiva parecieron afectar la proporción de dichos comportamientos [es decir, los efectos que podría tener el control inhibitorio sobre el comportamiento cooperativo y neutral de un niño desaparecieron cuando se tuvieron en cuenta otras variables cognitivas de ambos niños]. En el contexto competitivo no se encontró ningún efecto de las variables predictoras sobre las variables dependientes.

Discusión
Como un primer mensaje, Huyden y Nilsen afirman que los niños no actúan aisladamente, sino en una relación recíproca dinámica donde pueden afectar los pensamientos, sentimientos y acciones de los otros. Afortunadamente, los comportamientos competitivos no son reciprocados, pero los comportamientos neutrales y cooperativos sí. Por eso, sugieren las autoras que en un contexto típico, parear un niño con pocas habilidades sociales con uno más competente socialmente no parece tener la consecuencia negativa de provocar más comportamientos competitivos en el niño socialmente competente. Todo lo contrario, parearlos puede provocar que el niño menos competente aprenda habilidades sociales del más competente.   

Como un hallazgo importante de su estudio, afirman las investigadoras que no hubo efectos directos ni únicos de las habilidades cognitivas (inhibición y flexibilidad cognitiva) de un niño, sobre los comportamientos del compañero social con el que interactuaba durante una tarea. En cambio, las propias habilidades cognitivas de un niño sí influyeron sobre sus propios comportamientos sociales, en la forma de menos comportamientos competitivos o inapropiados

Los comportamientos cooperativos o pro-sociales de un niño sí estuvieron relacionados con los comportamientos pro-sociales del compañero. Según las investigadoras, estos resultados sugieren que cuando los niños interactúan en situaciones sociales frecuentes (p. ej., trabajo en parejas) están influenciados por -y serán capaces de responder más a- los comportamientos cooperativos (pero no competitivos) de otros niños.

Finalmente, mencionan las autoras que en este estudio encontraron que el control inhibitorio de los niños se relacionó únicamente con menos comportamientos inapropiados (agresivos o competitivos), a diferencia de otros estudios en los que el control inhibitorio también se ha relacionado con más comportamientos apropiados (cooperativos). Por eso, concluyen, puede ser que la habilidad para suprimir una respuesta motora dominante (control inhibitorio) sólo contribuya a la habilidad que uno tenga para frenar o suprimir comportamientos inapropiados o agresivos (y no para encontrar soluciones de cooperación, por ejemplo).

Referencia: Huyder, V., Nilsen, E.S. (2012). A dyadic analysis of executive functioning and children's socially competent behaviours. Journal of Applied Developmental Psychology, 33, pp. 197-208.

Comentario
Bueno, este fue el artículo de hoy. Este estudio nos deja varias ideas: una, que el análisis de datos por díadas es una herramienta importante cuando estudiamos el desempeño en tareas realizada en parejas. Una segunda idea es que los niños entre 5 y 8 años y medio tienden a reciprocar comportamientos cooperativos y neutros, mas no comportamientos competitivos y negativos, lo cual tiene implicaciones importantes para las metodologías educativas. Una tercera idea es que a mayor capacidad de control inhibitorio menor expresión de comportamientos inapropiados, y a menor capacidad de control inhibitorio mayor expresión de tales comportamientos, aun por encima de la influencia que tienen la teoría de la mente o el lenguaje. Una cuarta y última idea es que los comportamientos cooperativos entre las parejas de juego permitieron que la tarea se resolviera en menor tiempo, que cuando éstas expresaron  comportamientos competitivos entre ellos. 
¿Algunas otras ideas?

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