¡Bu! Hay un miembro fantasma

¿Has escuchado alguna vez el caso de alguien que después de la amputación de un miembro -p. ej., un brazo- haya experimentado o referido movimiento o sensaciones "extrañas" en ese miembro que ya no tiene? ¿O, incluso, dolor o parálisis? Ese es el caso del "miembro fantasma" y, aunque suene algo tenebroso, no obedece a la sugestión de la persona, ni al duelo ni a que una "parte del alma" se haya ido en el brazo y éste aún tenga vida. ¿A qué obedece entonces? Dejemos que Vilayanur S. Ramachandran y Diane Rogers-Ramachandran "nos" lo expliquen, quienes, en 2000, publicaron una breve revisión acerca de la relación entre los miembros fantasma y la plasticidad cerebral. ¿Le echamos un -breve- vistazo?

Comienzan los autores explicando que la primera descripción clínica clara de los miembros fantasma fue realizada por Silas Weir Mitchell en 1872, pero que los primeros trabajos experimentales sistemáticos no comenzaron sino hasta alrededor de 1993. Específicamente, fueron Ramachandran y colegas quienes demostraron una reorganización de la ocurrencia de mapas somatotópicos en humanos (adultos) en dos a tres centímetros de la corteza. Como consecuencia de dicha reorganización, después de la amputación de un brazo, la entrada sensorial en el rostro comenzaba a activar el área de la mano del homúnculo de Penfield en el área cortical S1*.

Precisamente, estos autores evaluaron [reportados previamente] 18 pacientes con amputación del brazo o avulsión braquial y encontraron, sistemáticamente, que 8 pacientes referían sensación desde el rostro hacia el miembro fantasma, mientras que los puntos en otras partes del cuerpo no generaban sensaciones referidas en dicho miembro. Sus resultados han sugerido, entonces, que las sensaciones referidas emergen como una consecuencia directa de los cambios en la topografía que siguen a la deaferentación, a lo cual han denominado "hipótesis del re-mapeo".

Adicionalmente, algunos pacientes afirman que pueden experimentar movimientos voluntarios vívidos en su miembro fantasma, aunque con el tiempo, el miembro fantasma se "congela" o "paraliza", quizás debido a la ausencia continua de la confirmación visual y propioceptiva de que los comandos han sido obedecidos. Por eso, Ramachandran y su grupo propusieron la terapia de "la caja espejo" (Ver Figura).

Figura. Caja espejo de Ramachandran. Nótese que la mano derecha es el reflejo en el espejo.
© American Medical Association. All rights reserved. 

En dicha caja, el reflejo de la propia mano se superpone ópticamente sobre la localización sentida de su miembro fantasma, de tal manera que el paciente tiene la ilusión visual distinta de que el miembro fantasma ha resucitado. Si el paciente hace movimientos simétricos mientras mira en el espejo, recibirá retroalimentación visual de que el miembro fantasma está obedeciendo su orden. Seis de 10 pacientes que usan este procedimiento afirman que no sólo ven, sino que pueden realmente sentir los movimientos en el miembro fantasma. Eso les ayuda a aliviar el dolor o la parálisis sentidos en el miembro fantasma.

Conclusión
Ramachandran y Rogers-Ramachandra concluyen que, aun en el cerebro adulto, la reorganización masiva puede ocurrir en períodos de tiempo extremadamente cortos. El modelo modular o jerárquico, de "escuadrón" del cerebro, popularizado por los ingenieros informáticos, necesita ser reemplazado por una visión más dinámica, en la cual hay una tremenda cantidad de interacción de atrás hacia delante y de adelante hacia atrás entre los diferentes niveles de la jerarquía y a lo largo de diferentes módulos.

*En otras palabras, cuando se les tocaba ciertas partes del rostro a los pacientes (el cachete, p. ej.), éstos referían sensaciones en el miembro fantasma. ¿Por qué? Porque ocurría una reorganización de los mapas somatotópicos (ver vínculo) en la corteza cerebral, los cuales "se corrían" hasta tres centímetros de su ubicación inicial. Así, por ejemplo, donde antes "quedaba" la representación de la mano después quedaba la del rostro y, por eso, se solapaban las sensaciones del rostro con las de la mano.

Ramachandran, V.S. & Rogers-Ramachandran, D. (2000). Phantom Limbs and Neural Plasticity. Archives of Neurology, 57 (3). pp. 317-320.


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